viernes, 19 de diciembre de 2014

Compartir es Navidad

Se acerca la Navidad y con ella notamos como el corazón se nos dilata henchido por un cálido sentimiento que sale de nuestro interior y que quisiera envolverlo todo, abrazarlo todo: es el espíritu de la Navidad que nos empuja a amar, a acoger y a compartir. Con esos mismos sentimientos nació Dos muertos y pico, por eso siempre uno de mis lectores me da las gracias o veo que se le ilumina la cara con una sonrisa cuando me recibe en su instituto, creo que cada vez que se lee la novela, de alguna manera, vuelve a ser Navidad.


Queridos lectores, queridos amigos: Feliz Navidad y feliz 2015.




jueves, 9 de octubre de 2014

Un nuevo clásico de Hallowen

Como las setas, las calabazas y las castañas, Dos muertos y pico es una historia típica del otoño, si bien se puede disfrutar y degustar con sumo placer en cualquier época de año. Pero es verdad que es un relato muy apropiado para esta estación. De hecho, la historia comienza justo antes del día de Todos los Santos o Halloween, y es por esta celebración que a Curro se le ocurrió lo que se le ocurrió y la razón principal por la que la historia se llena de muertas, esqueletos, y calaveras y… claro, la razón por la cual don Severo Buitragón, el antiguo director del instituto del protagonista de la historia, acabó en la cárcel acusado de asesinato. Así pues, disfrutad de las castañas, de los moniatos y de Dos muertos y pico. ¡Buen provecho!




domingo, 21 de septiembre de 2014

Éxito de Dos muertos y pico entre los animales


Desde que se publicara la novela en la primavera de 2010 me ha sorprendido el enorme éxito que Dos muertos y pico ha tenido siempre entre el público animal. Puede que se trate del papel relevante que tiene la Chispa, la perrilla de la abuela Josefa, en el desenlace final de la historia, o tal vez sea debido a la sensibilidad que muestra Daniel por los pájaros y la naturaleza en general, pero sea por la razón que sea, la obra ha resultado ser del agrado de todo tipo de criaturas. A lo largo de estos cuatro años han sido muchos los animales que se han interesado por el libro y que han mostrado un interés, quizás a veces desmedido, por todas y cada una de sus páginas. Tengo que reconocer que al principio me sorprendía encontrar todo tipo de animales piando, gruñendo, maullando, ladrando o gorjeando en torno al libro en cuanto se les ofrecía la más mínima ocasión de acercase a él, pero ahora ya no me sorprende encontrarme algún ejemplar de la novela a punto de ser devorado, roído, mordisqueado o lamido por un sinfín de bestias tanto domésticas como silvestres. Creedme si os digo que no me lo tomo a mal, más bien al contrario, ahora lo recibo como una muestra de aprecio por parte de estas criaturas que a menudo no encuentran otra manera de mostrar la valoración que la obra les merece.